martes, 21 de abril de 2015

El poder y el delirio en la región Lima



NELSON CHUI : SE INVESTIGARA ACCIDENTE Y SI SE ENCUENTRA RESPONSABILIDAD EL FUNCIONARIO SERA DESPEDIDO

Evidentemente el título no es mío. Es un ensayo de Enrique Krauze sobre las “externalidades” que traer consigo cuando se llega al poder. Provoca delirio y locura dice. El español y socialista Enrique Tierno Galván decía que el poder es como un explosivo, sino lo sabes usar te explota.

Los últimos sucesos no son nada gratos para el gobernador regional Nelson Chui. Funcionarios del gobierno regional, el director de Turismo y Comercio Exterior y sus trabajadores sufrieron un accidente vehicular. Hasta allí no habría nada de malo -un accidente nada más- salvo que se presume venían de una jornada de pisco y butifarra y no de trabajo como se supuso. Malas noticias en tan poco tiempo.

La prensa también suele ser un poder omnímodo. Entonces, cierta prensa ha defendido con tenacidad la inocencia de los accidentados. Lo curioso es que puede ser verdad. El beneficio de la duda como benevolencia. Así, los señores en cuestión habrían sufrido un percance infausto de la vida profesional. Pero en general nadie cree eso. No porque no fuese cierto sino porque no le creen a esa cierta prensa. A estas alturas los defensores mediáticos y periodistas no hacen sino ahondar las dudas con respecto a las circunstancias del accidente. Una verdad es insoslayable: si hay noticias malas y dudosas de por medio los ciudadanos tienden a convertirla en verdad monolítica. Las horribles “percepciones”.

Por lo tanto estos funcionarios se han convertido en un “hueso”. El escándalo ya no le genera réditos sino todo lo contrario. Nelson debe pensar políticamente. Y en política no importa la galleta sino la cáscara. Si no hay un castigo ejemplar el olor de impunidad llegará a los rincones menos pensados. Más aún si la política como oficio está en el centro de las sospechas. Que pase el escándalo no librará el pago de la factura y los recibos. “No hay lonche gratis” es un principio en economía aunque en este caso se ajusta bien.

A todo esto el gobierno de Nelson Chui parece la reedición de una vieja novela mexicana, un “remake”. Hay otros protagonistas pero la trama sigue siendo la misma. Es más un gobierno nuevo que uno con antecedentes y experiencia en la gestión regional. El poder sigue siendo el néctar que genera delirio y locura. Si no vean los capítulos de guerra y paz entre Chong y Mufarech. Ninguno de los funcionarios – operadores le dan alegrías. Un dato: francamente este accidente deja pequeño a otro similar que tuvo el director de Producción.

No hay vuelta atrás, diría el poeta. En tres meses sus funcionario no ayudan a Nelson como creo yo esperaba. Son cosas de la vida chico recordaría Tres Patines.          

Javier Iván Arenas

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