viernes, 8 de mayo de 2015

Una alternativa ciudadana para la Región Lima Provincias‏

Una alternativa ciudadana para la Región Lima

 Provincias‏


Ante el fracaso de un modelo de hacer política que una casta de líderes sin trascendencia nos ha impuesto es necesario anteponer un nuevo diseño institucional sobre el funcionamiento del estado en la región Lima Provincias. Si algo sabemos es que este sistema no ha cumplido los objetivos primordiales que la política grande debe tener como principio movilizador, como fin y no como medio: mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
El desafío entonces es construir una alternativa frente a este sistema. Es decir, levantar una alternativa ciudadana “antisistema” en el sentido más exacto de la palabra. Si el actual sistema sobrepone los intereses de unos pocos sobre las verdaderas necesidades ciudadanas,  hay entonces una oportunidad inmensa. Si el actual sistema ahoga a los emprendedores en enmarañados y complejos trámites burocráticos, allí hay una gran ventana. Si el actual sistema es cartero de empresarios que financiaron solícitos las campañas de los aventureros y no mensajeros de los ciudadanos entonces tenemos ante nosotros el gran espacio para construir una alternativa de cambio y no de recambio.
Pero esta alternativa ciudadana debe pasar los límites que imponen los partidos o movimientos con sus respectivas ideologías. La alternativa es hacía afuera no hacía adentro. Integrar las demandas, necesidades, deseos o emociones de miles de ciudadanos y presentar una vía de acción política para cambiar el actual escenario. Nunca antes en la historia republicana las regiones, provincias o distritos han gozado de ingentes presupuestos para que a través de proyectos pasemos del crecimiento al desarrollo pero también nunca antes hemos sido testigos de bochornosos casos de corrupción, ineficiencia o populismo. Hay que volver a poner de moda la política grande, la eficiencia, la capacidad, la honestidad y el servicio.
Está claro que ni Miguel Angel Mufarech, ni Nelson Chui, ni Javier Alvarado, con sus luces y sombras, han tenido un proyecto de largo plazo para la región. Sus perspectivas nunca superaron el corto plazo o los aplausos circunstanciales. Obsesionados por mantener sus cuotas de poder han dejado de lado el arte de gobernar olvidando que la política grande implica ver más allá de los cuatro años de gestión. Así, las estrategias para el desarrollo del agro, la ganadería, el turismo, el comercio o la minería han sido soslayadas. Si algo se aprendió de estos años es que la alternativa ciudadana no debe ser provisional sino de largo plazo, una verdadera alternativa.
Hay ahora miles de ciudadanos que no le piden mayor demanda al estado. Salen todos los días a crear riqueza,  trabajan con energía y pasión dando trabajo  tejiendo el manto productivo. El estado regional, las provincias y los distritos con sus funcionarios y autoridades se limitan a las promesas bienaventuradas. Esos ciudadanos son el corazón de la alternativa frente al modelo político que nos ha impuesto. Hacer de la política algo práctico, diario, que le sirva a la gente es un principio vital de esta nueva alternativa.
Porque la política sin eficiencia es impensable, y la eficiencia sin política es inviable esta nueva alternativa ciudadana debe imponer la ilusión frente al miedo, la esperanza frente al fracaso.  
Javier Iván Arenas

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